Pasaron las elecciones de renovación de autoridades de la Federación de Pelota de la provincia de Buenos Aires. Jornada que quedará marcada por dos hechos históricos para nuestra entidad madre: fue la primera votación entre dos listas (en 2014 hubo también dos nóminas, pero no se llegó a votar) tras casi 85 años de vida institucional; y se reformó el vetusto estatuto que databa del año 1964… allá muy lejos en el tiempo.
Los comicios significaban a priori, no solo la elección por parte de los clubes afiliados entre dos listas con nombres: definía qué tipo de conducción pretendían a futuro las entidades, la apuesta al crecimiento, a la transparencia, a la apuesta de las categorías promocionales, a la difusión; o por el contrario… el regreso a etapas grises, de ocultamiento, de estancamiento, de falta de claridad.
Y esa percepción sobre lo que se estaba definiendo no respondía solo a años pasados, sino que quedó plasmado en los días previos a la elección, centralmente en las últimas 48 horas. La lista opositora, sin representación en los clubes, y con la certeza que la votación estaba perdida en las urnas, comenzó una serie de artimañas propias de la vieja política Argentina, y cercanos a la forma de manejarse en la lógica de los dos ex dirigentes que encabezaban la lista. Tretas que, pese al resultado final, no deben dejar de exhibirse, para que el mundo pelotari sepa quién es quién en este ambiente, para que no repitamos tristes experiencias en el futuro.
La Federación de Pelota de la Provincia manejó, a través de este Consejo Directivo desde su asunción en marzo de 2014, todo con total transparencia y claridad hacia los clubes. Tras la escandalosa elección de ese mismo año, donde quedó demostrado el intento de fraude del entonces presidente de la Federación Javier Lombardi, mediante la presentación de un poder con una firma falsa, se intentó modificar el Estatuto, para que las futuras elecciones fueran bien cristalinas. Ese estatuto se reformó y aprobó por unanimidad en 2015. Sin embargo, como Personería Jurídica no lo había podido avalar oportunamente (faltaba aún el certificado de vigencia y la matrícula correspondiente, ambos obtenidos tiempos después), en las actuales elecciones, pese a que originalmente se pensó que se podía haber votado de esa manera, hubo que hacerlo con el antiguo de 1964. Todo fue publicado en tiempo y forma en el Diario «La Voz del Pueblo» de Tres Arroyos, como así también en el órgano oficial de la FPPBA: su página web. En ésta se subió el listado de clubes habilitados a votar, con 30 días de antelación, y cuando se observó que había dos entidades que no reunían los requisitos para hacerlo, se dieron de baja. Así el listado definitivo quedó en 49. Se rectificó el horario de las Asambleas, se subió todo a la página y se enviaron mails a los 49 clubes, con las convocatorias y la Memoria 2017. Se presentó en tiempo y forma el balance del año pasado, con un saldo inédito positivo para nuestro deporte, que fue 17 veces superior al que dejó la anterior gestión hace solo cuatro años. En este contexto, y con la certeza que la elección era un trámite para el oficialismo, Juan Trigo y Javier Lombardi comenzaron a movilizar la maquinaria que mejor conocen: «la de embarrar la cancha».
Varios clubes reconocieron a integrantes de este Consejo Directivo que recibieron llamados ofreciéndoles subsidios a futuro de $ 20.000 desde organismos oficiales, siempre lógico, si el triunfo correspondía a la oposición. En la movida apareció un viejo conocido intentando conseguir votos para Trigo y Lombardi: el señor Marcelo Plascencia desde Capital. Quien llamó con ese fin a entidades del centro bonaerense intentando convencerlos. El dato no es casual: Plascencia pugna desde hace tiempo por ser presidente de la Confederación Argentina de Pelota, y en ese plan sabía que la Federación de la Provincia de Buenos Aires era clave, que era «indispensable» un triunfo opositor. Por eso, en el «fin justifica los medios», valía todo. Cercano a la fecha de las elecciones, cuando la derrota era inevitable, aparecieron tres hechos que, como suele ocurrir cuando se juega sucio… salieron mal. Hubo llamados a personas que representarían a los clubes ofreciéndoles directamente $ 5.000 por cambiar el voto. Esto está confirmado mediante audios de WhatsApp de los propios integrantes de las entidades que recibieron ese ofrecimiento y lo contaron a integrantes de la FPPBA. Los días miércoles y jueves previos a la Asamblea, Lombardi y Trigo intentaron afiliar a clubes que hace años no participan en las competencias de la Federación, incitándolos a que enviaran correos solicitando el estado de deuda para poder reafiliarse. La jugada era clara: poder hacerlos votar el sábado y pretender revertir la elección. La FPPBA advirtió rápidamente la maniobra y la denunció a través de las redes sociales. Maniobra tan torpe, que uno de los clubes, en el apuro, copió el e-mail al propio Javier Lombardi, dejándolo en evidencia que estaba detrás de la jugada. Pero no todo quedó ahí: el día viernes Lombardi intentó mediante el candidato a secretario de su lista, presentar una nota en la sede del club donde se realizarían las Asambleas (Azul Athletic Club), intimidando a la FPPBA sobre posibles anomalías que podrían suceder, y haciendo responsable a la entidad anfitriona y a la propia Federación por estas posibles consecuencias. La nota no solo no llegó a presentarse, sino que el Azul Athletic contraatacó enviando una carta documento al Club de Remo de Azul, entidad a la que representa quien había llevado la nota y a su vez aspirante a la secretaría de la lista opositora. Con los ánimos caldeados y enrarecidos, Lombardi ese viernes había enviado un e-mail a la Federación avisando que «su» apoderado era el señor Atilio Villarreal (el cartero en cuestión), aunque minutos después el propio Villarreal envió otro mail desmintiendo esa representación, y asegurando que su club se abstendría de votar. Extraña situación: el club al que representaba el candidato a Secretario, se abstenía de votar. Después pareció normal, ya que otros clubes donde figuraban nombres de la lista de la oposición tampoco fueron a la Asamblea, como el caso de Coronel Pringles (con dos integrantes en la nómina).
Con todo, la única alternativa posible era la vía de la impugnación. Y hacia allí fueron Trigo y Lombardi el sábado. Antes de la Asamblea advirtieron, mediante su asesor letrado, que ellos objetarían todo. Y así lo hicieron, fundamentalmente en tres aspectos: los tiempos de convocatoria, la publicación del padrón de clubes, y la modificación del Estatuto publicado (ya explicado más arriba). Por todo lo expuesto, y por los antecedentes de la gente que encabezaba la lista opositora, la FPPBA tomó los recaudos necesarios. Hizo bajar a un representante de Personería Jurídica (un costo elevado para los números de la Pelota, pero indispensable a la luz de los hechos), contrató personal de seguridad y manejó la Asamblea con celosa transparencia ante los clubes, en definitiva, los dueños de la FPPBA. Así las cosas, y con 39 clubes habilitados para votar, se pasó a la elección. La Memoria se aprobó 27 a 5, la elección de renovación de autoridades fue 28 a 11 y el balance se aprobó por unanimidad, sin votos negativos. Para las 13 horas, cuando había que votar la trascendental reforma integral del Estatuto, la oposición ya no estaba, por lo que la votación fue 27 a 0. Cada minuto y circunstancia bajo la mirada y la lapicera del veedor de Personería Alberto Figueroa, quien se llevó todo documentado. Para esa hora igual, el papelón ya estaba consumado.
El oficialismo al cabo, más allá de las promesas de dinero, de las denuncias infundadas, de los intentos a último momento de sumar clubes… de todo, se impuso por el aval de las entidades, por el respaldo de quienes conocen la trayectoria de un grupo de dirigentes con aciertos y errores, pero con ganas de hacer crecer a nuestro querido deporte. Clubes que vieron como en gestiones anteriores se perdieron grandes oportunidades, como la participación en los Juegos Bonaerenses, como se prometió y nunca se cumplió con la anhelada Personería Jurídica, con el abandono a las categorías promocionales a las que se las enviaba a su suerte a los distintos torneos Argentinos, con categorías olvidadas a merced de un único interés en la Primera… todo lo que tal vez hoy vieron los clubes que apoyaron esta gestión. El retorno a la Torneos Bonaerenses, los viáticos para los chicos a todos los torneos Argentinos, además de su correspondiente paleta y remera de regalo; números transparentes a través de una cuenta corriente (y no con una caja de ahorros imposible de controlar), con los papeles en regla en Personería Jurídica, con 15 categorías y más de 800 jugadores participando, con un seguro de responsabilidad civil en vigencia y publicado, con un fichaje anual a los jugadores simbólico, pero que supone recursos para afianzar el programa «A Pasar el 3» que permite que más y más chicos se integren a este hermoso deporte; con más y mejor difusión a través de las redes sociales y la radio con el programa «Mundo Pelotari».
Estas elecciones tienen que ser una lección. Pero no solo a quienes fueron protagonistas desde lo dirigencial y político, sino también para quienes solo observan el interés de acuerdo al momento actual de su vida apegada a la Pelota. En estos días muchos reconocidos jugadores admitieron durante un año y medio haber aportado el diez por ciento de sus becas al entonces presidente de la Confederación Argentina de Pelota, con correos electrónicos probatorios incluso de los depósitos realizados. Dolió en el alma escuchar a un consagrado jugador decir ahora que en esas épocas «se quedaban con el diezmo, pero al menos había becas…». El roban pero hacen que no tiene que ir más… ni en la Argentina ni en la Pelota Paleta. Hacen y no roban… empecemos a ser.
En su descargo de estas horas el señor Lombardi en su Facebook, entre otras cosas se queja por los familiares de directivos que votaron el sábado en la elección. Probablemente se refiriera al padre de un vocal del Consejo Directivo actual, que lleva 72 años como socio de su club y además es miembro de la Comisión Directiva de la entidad. En cualquier caso, éste delegado actuó representado a su institución dignamente; y no como el Sr. Lombardi que fue haciéndolo para Henderson (¿?¿).
Pasó la elección, pasó la lección. No alcanza con mentir, presionar, con decir que se tienen contactos y dinero de todo tipo para conseguir los objetivos. Solo sirve trabajar día a día, los 365 días del año. Todos juntos, de una buena vez por todas. Desterrando para siempre los personajes oportunistas que se quedaron en el tiempo y que solo ven la ocasión en el momento, nunca en un proyecto en el tiempo. En la lista opositora sabemos que hubo gente que actuó de buena fe y que no supieron de las maniobras. Así nos lo hicieron saber y lo hacemos nosotros saber. A quien le quepa el sayo que se lo ponga. Y arriba la Pelota, deporte nacional.
Consejo Directivo.
La FPPBA.